Hace falta la más mínima provocación para evocar los más gratos recuerdos junto a ti.
Varias veces te he dicho que me gustaría prestarte mis ojos para que te observes como yo te miro,
pues estoy segura que al hacerlo estarías tan enamorado y perdido como ahora yo me encuentro.
Hace tiempo ni yo no me reconocía frente a mi claro reflejo,
pero después de años limpiando y reconstruyendo mi propia imagen
me he convertido en un espejo que sólo puede encontrarse con reflejos claros, limpios y brillantes.
Te observo grande, fuerte y ya hasta afirmado, pero no sé si te sientes amado
Quisiera darte un poco de la vida que provocas,
y hacerte sentir en tu propia piel con un roce de mis labios.
Eres a quién más admiro y quién me roba el más profundo suspiro.
Tu presencia en mi imaginario es la causa que no me deja salir de este calvario
Estas lleno de incongruencia y a veces pienso que loco hasta la demencia
Eres bello e inteligente, pero con el corazón, sumamente negligente
Te amo tanto que hay veces que agradezco el espacio latente
pues de lo contrario llegaría a la locura por verte y no tenerte.
Tienes todas las cualidades que cubren mis necesidades
pero la razón me grita que me deje de necedades.
Me gusta tu forma de hablar y tu timidez al escuchar mi delirio
te amo tanto que dejas sin efecto al diario hastío
Sueño con dormir con mi mejilla junto a tu espalda,
pero la ausencia me atraviesa cual espada.
Sueño con la oportunidad de vivir un futuro junto a ti,
y la esperanza de que te llegues a encontrar en mi
me lleva a insistir y no querer renunciar a la idea que tengo de ti.