October 31, 2008

Evocando

Hace falta la más mínima provocación para evocar los más gratos recuerdos junto a ti.
Varias veces te he dicho que me gustaría prestarte mis ojos para que te observes como yo te miro,
pues estoy segura que al hacerlo estarías tan enamorado y perdido como ahora yo me encuentro.

Hace tiempo ni yo no me reconocía frente a mi claro reflejo, 
pero después de años limpiando y reconstruyendo mi propia imagen 
me he convertido en un espejo que sólo puede encontrarse con reflejos claros, limpios y brillantes.

Te observo grande, fuerte y ya hasta afirmado, pero no sé si te sientes amado
Quisiera darte un poco de la vida que provocas, 
y hacerte sentir en tu propia piel con un roce de mis labios.
Eres a quién más admiro y quién me roba el más profundo suspiro.
Tu presencia en mi imaginario es la causa que no me deja salir de este calvario

Estas lleno de incongruencia y a veces pienso que loco hasta la demencia
Eres bello e inteligente, pero con el corazón, sumamente negligente
Te amo tanto que hay veces que agradezco el espacio latente
pues de lo contrario llegaría a la locura por verte y no tenerte.

Tienes todas las cualidades que cubren mis necesidades
pero la razón me grita que me deje de necedades.
Me gusta tu forma de hablar y tu timidez al escuchar mi delirio
te amo tanto que dejas sin efecto al diario hastío

Sueño con dormir con mi mejilla junto a tu espalda, 
pero la ausencia me atraviesa cual espada.
Sueño con la oportunidad de vivir un futuro junto a ti, 
y la esperanza de que te llegues a encontrar en mi
me lleva a insistir y no querer renunciar a la idea que tengo de ti.

Amar-te Duele

Entre las pasiones, el amor es la más fuerte,
porque ataca a la vez, la cabeza, el cuerpo y el corazón.
VOLTAIRE (1694-1778)


Me quede pensando en que amarte duele, 
le di mil vueltas y el vacío de no tenerte hace que duela la razón.
Me duele en el cuerpo, en tu miembro tan anhelado pero ausente; 
duele en el pecho exactamente; 
duele hasta provocarme desazón.

Duelen las mañanas en que el frío de la cama me enfrenta a la conciencia de tu ausencia.
Duele lo inerte de tu corazón frente a la intensidad de mi pasión, 
los regalos imaginados pero no elaborados,
los abrazos esperados, pero jamás entregados.

Duele el fantasear y tener que despertar.
duele no poder gritarle al mundo que soy yo la que te sabe amar.
Duele querer dar y frustrar a la imaginación,
duele el futuro irrealizable por la falta de decisión, 
pero duele aún más tu contención ante tanta emoción.

Duelen los mil y un temas que se quedan sin comentar;
los sueños que no se pueden expresar y menos realizar.
Duelen las caricias y los besos pendientes,
extraño nuestros momentos ardientes.
Duelen los encuentros postergados 
y ante mi tus ojos cegados.

Sin duda, amarte duele.

Al verdadero amor no se le conoce por lo que exige,
sino por lo que ofrece.
JACINTO BENAVENTE (1866-1954)

De regreso

Venciendo una terrible sequía de inspiración para escribir, soñar e imaginar me encuentro frente al ordenador para vaciarle mis ansiedades y transferirle mis soledades. Después de muchas semanas sin escribir, ha regresado a mi la inspiración para redactar unas pocas lineas que están llenas de esperanza.
La fuente de inspiración vino de haber superado una tormenta más y de vencer la turbulencia del aterrizaje a la tierra que tanto añoré y que ahora enfrento para que no me devore.
Por fin estoy en vías de retomar mi camino decidido conscientemente. He tenido encuentros y desencuentros, pero una vez más, cada uno me deja grandes enseñanzas.
La única luz que mantiene mi esperanza en el bien, la bondad, la integridad, la confianza de que hay algo mucho mejor por vivir es el amor que guardo en mi corazón.
Su luz y alegría que le da a mi vida, me alumbra el camino cuando todo se torna oscuro.
En el hoy, en el aquí y en el ahora, saber que existe y conocerlo en toda su dimensión me hace recordar el sentido de la vida, de la lucha diaria y no darme nunca por vencida. 
Así es que estoy de vuelta y espero que las ideas y pensamientos, fluyan como río en pleno verano a pesar de estar entrando en el invierno.